El voley playa español está de enhorabuena. El castellonense Pablo Herrera y el gaditano Adrián Gavira, se han consolidado como una de las mejores parejas mundiales de este deporte, al acabar el año 2010 en tercera posición del ranking internacional. En poco tiempo esta disciplina ha cautivado la atención de jugadores y aficionados, debido a su alto nivel de imagen, sinónimos de verano, sol y diversión, que hacen de este deporte un fenómeno de entretenimiento.
Sin embargo, la realidad es dura y dedicarse al voley playa de forma profesional es muy complicado en España, ya que supone un gran esfuerzo de dedicación exclusiva y grandes inversiones de dinero, y todos conocemos que en nuestro país, el apoyo de la instituciones públicas y privadas para los deportes minoritarios es mínimo, ya que el beneficio y rendimiento económico todavía no es de grandes dimensiones.
A pesar de la situación del voley playa en la estructura deportiva española, donde la inversión es inapreciable y no existen circuitos nacionales, como en los países dominantes de la especialidad, la pareja española ha demostrado todo su talento y capacidad de superación, cumpliendo con creces las expectativas creadas, como bien reflejan los éxitos obtenidos, representando el nombre de España por todo el mundo.
Esperemos que los triunfos conseguidos por Herrera y Gavira, nos sirva de ejemplo para aficionados, amateurs, y sobre todo, instituciones, para que en un futuro, no muy lejano, numerosas parejas españolas de voley playa, puedan jugar las diferentes pruebas del circuito mundial, sin arriesgar, a dejarlo todo y perder dinero de su bolsillo. Finalizar con una petición, ojalá los medios, se animen a dar cobertura a partidos de este bonito deporte llamado voley playa.
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